Introducción. Promesa. Es un ofrecimiento solemne que hace una persona de cumplir con rectitud y fidelidad los deberes y obligaciones de un cargo, según el diccionario.
El ser humano comete errores de los cuáles se arrepiente después cuando ya está sufriendo las consecuencias de los mismos. Vive frustrado con su corazón lleno de tristeza porque ha sido lastimado, la mayoría de veces por personas en las cuales confiaba. Cada ser humano es distinto, pero hay cosas muy comunes que afectan su estabilidad emocional, su felicidad. Durante su vida su corazón ha sido lleno de gozo, de alegrías pero también de sentimientos negativos, experiencias traumáticas. Muchos no pueden vivir en paz, viven angustiados si poder dormir, y con incertidumbre en cuanto a su futuro. Esto lleva a muchos a sufrir enfermedades terminales como el cáncer, diabetes y otros, el cuerpo sufre descompensaciones cuando pasa por emociones fuertes y angustiantes.
En la Biblia encontramos múltiples promesas de parte de Dios para nuestras vidas. Hoy vamos a pensar en tres promesas de Jesús.
Jesús nos promete:
I DESCANSO PARA NUESTRAS ALMAS MATEO 11:28-30, Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. 29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; 30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
La invitación de Jesús venid a mí, v. 28; Esta es una invitación del propio hijo de Dios, toda invitación tiene su importancia dependiendo de quien sea el que haga la invitación. Estoy seguro que si llegara a sus manos una invitación con su nombre de parte del Señor presidente de la Republica invitándole a un almuerzo esto causaría en usted júbilo. En este caso uno mucho más importante que el presidente, es el que hace la invitación.
¿Para quiénes es la invitación? Es para todos los que están trabajados (cansados – fatigados, Afligidos) y cargados (Agobiados, sobrecargados, pesadas cargas, agobiados, cansados de sus trabajos) Mateo 11:28:
Veamos este pasaje de la Biblia en varias traducciones.
(BJ2) «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso.
(BL95) Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré.
(BPD) Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. (CAB) Venid a m todos los que estáis rendidos y agobiados por el trabajo, que yo os daré descanso.
(CAS) Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os haré descansar.
(DHH) Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar.
(N-C) Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, que yo os aliviaré.
¿CUAN ES SU PROMESA “Y yo os haré descansar.” (Alivio) V.28;
El Dice: “Llevad mi yugo sobre vosotros”, v. 29 Yugo: m. Instrumento de madera al cual, formando yunta, se uncen por el cuello las mulas, o por la cabeza o el cuello, los bueyes, y en el que va sujeta la lanza o timón del arado, etc.
“Aprended de mí, que soy Manso”. V 29; Manso: adj. De condición benigna y suave. Que no es bravo. Mansedumbre: es aquella disposición de espíritu con la que aceptamos sus tratos con nosotros como buenos, y por ello sin discutirlos, ni resistirlos. Este término está estrechamente relacionado con la humildad, y es una directa consecuencia de ella.
“Humilde de corazón;” v. 29c Humildad: f. Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento.
“Y hallaréis descanso para vuestras almas;” v. 29d, porque, mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
El descanso del alma, se da como resultado de que llevemos su yugo, y que aprendamos de él que es manso y humilde de corazón (la mansedumbre y la humildad no sólo se deben de conocer como concepto, sino más bien se deben de practicar).
Por lo Tanto el descanso no está en una religión, en ninguna filosofía o ciencia, en un día. El descanso está en Jesucristo el autor y consumador de la fe. Hay muchos psicólogos en nuestros días que ganan fácilmente el dinero escuchando los múltiples problemas que tienen la gente. Las personas necesitan ser escuchados. Pero que mejor que ir a Jesús a aquél que conoce el pasado, el presente y el futuro, a quien con confianza le puedo contar mis problemas y no lo va divulgar a nadie, a él le puedo contar mis penas, alegrías, tristezas, descansar totalmente en el Señor y recibir el descanso a través del consejo de su palabra. No hay mejor terapia para el alma que ir la presencia de Jesucristo y postrarnos delante de Él. El hombre más sabio necesita de la sabiduría de Dios, el más fuerte necesita de la fortaleza de Dios. Jesús dijo: “sin mi nada podéis hacer” Juan 15:5; Es tiempo de venir a Jesús para descansar.
En segundo lugar Jesús nos promete:
II PAZ PARA NUESTRO CORAZÓN
La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Juan 14:27; Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz… Juan 16:33ª;
En el plano individual, «paz» es lo contrario de la guerra estado interior exento de sentimientos negativos (ira, odio). Ese estado interior positivo es deseado tanto para uno mismo como para los demás, hasta el punto de convertirse en un propósito o meta de vida. Wikipedia.
La paz (palabra derivada del latín pax) es generalmente definida como un estado de tranquilidad o quietud, como una ausencia de disturbios, agitación o conflictos.
El ser humano por su condición de pecador vive en constate estado de rebelión con su creador. Por lo tanto no puede disfrutar de la una autentica paz (“No hay paz para los malvados dice mi Dios.” Isaías 57:21;)
JESÚS NOS PROMETE SU PAZ
Predicada por Cristo. Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; Efesios 2:17;
Por medio de Cristo, Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos. Hechos 10:36;
Anunciada por los ángeles, ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! Lucas 2:14;
Sigue a la justificación, Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; Romanos 5:1;
Es uno de los frutos del Espíritu, porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Romanos 14:17;
Pablo dice: Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:7;
Nuestro mundo lleno de problemas, anhela tener paz. Los que viven en tierras destrozadas por la guerra, miran la destrucción que les rodea y claman por la paz. Otros viven en ambientes pacíficos, pero sus corazones están llenos de discordia y desesperación; ansían tener paz mental.
El Señor desea que tengamos paz. El nacimiento de Jesús fue anunciado con el canto que dice: « ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!» (Lucas 2.14). En las últimas horas que pasó Cristo con Sus discípulos antes de morir, les dijo: La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo (Juan 14.27). Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo (Juan 16.33).
La paz de Dios sobrepasa a la razón humana en su capacidad para vencer la ansiedad.
En tercer lugar Jesús nos promete:
III SEGURIDAD PARA LA ETERNIDAD JUAN 3:16;
«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna» (Juan. 3:16).
La vida eterna, sin lugar a dudas, es permanente, pero es más que eso. La vida eterna es una clase de vida completamente nueva, la clase de vida que viene de Dios. Es tan diferente a la vida terrenal como nuestras horas de vigilia son de nuestras horas de sueño.
La fuente de la vida eterna es Jesucristo. «Yo soy la resurrección y la vida», »el que cree en mí, aunque esté muerto vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente» (Juan. 11:25,26;).
El creyente recibe vida eterna en el momento en que le entrega su corazón a Cristo y es salvo. Es una esperanza futura, pero también una posesión presente. En la vida eterna “Él (Dios) enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir.» Ap. 21:4; NVI
Conclusión. He sido testigo de muchos que han experimentado un encuentro personal con Jesucristo, que vinieron enfermos del alma y del cuerpo, cuando experimentaron el perdón de sus pecados, recuperaron también la salud. Descansaron en Cristo Jesús. Le entregaron sus sufrimientos, amarguras, resentimientos, descubrieron que el amor de Dios es real, fueron perdonados por Dios y esto le llevó también a perdonar a quienes les hicieron daño. Descubrieron que eran valiosos a los ojos de Dios. Recibieron sanidad para su cuerpo y para su alma, el Señor dijo: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. A consecuencias de ello disfrutan de la paz de Jesús y de la promesa de la vida eterna.
Usted puede disfrutar de estas promesas de Jesús si le entrega su vida hoy y le acepta como el Señor y Salvador de su vida. Oremos.