Tras su visita al Santo Sepulcro, Donald Trump se dirigió al Muro de los Lamentos, el sitio más sagrado donde los judíos pueden orar, ubicado en la Ciudad Vieja de Jerusalem.
El presidente estadounidense, Donald Trump, visitó el Muro de los Lamentos junto con su esposa, Melania Trump, su hija, Ivanka, y su yerno, Jared Kushner. Además, estuvo acompañado por el nuevo embajador estadounidense en Israel, David Friedman. Este hecho se constituyó como una visita histórica ya que Trump se convirtió en el primer mandatario de Estados Unidos en visitar el sitio sagrado.
Trump fue recibido por el rabino Shmuel Rabinovich y luego escuchó una explicación de la importancia del lugar para el pueblo judío. Su profunda conexión con este lugar y el Monte del Templo, y una explicación detallada que acompaña a las cartas sobre la historia de la zona, y las revelaciones en los últimos años.
Trump oró en la pared y luego colocó una nota dentro de las grietas antes de retroceder lejos del sitio sagrado. Su hija Ivanka y la primera dama Melania oraron por separado en la sección de mujeres.
«La visita del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al Muro Occidental 50 años después de su liberación es una declaración firme y clara de la importancia histórica del sitio», declaró en un comunicado la Fundación Western Heritage Kotel, la Fundación del Patrimonio del Muro Occidental.