SEXTO MANDAMIENTO “No mataras” ÉXODO. 20:8-13;
Este mandamiento, al prohibir matar o cometer homicidio, demuestra la alta prioridad en que Dios pone la vida humana. Ningún ser humano tiene el derecho de arrebatar la vida de otro porque cada persona es hecha a la imagen de Dios Génesis 1:27; 9:6;
Sin embargo, en general es un mandamiento que la sociedad quebranta continuamente. Cada día hay asesinatos en todos los países: los terroristas matan premeditadamente para lograr un supuesto ideal político o para apoderarse de dinero o un pedazo de tierra; las mafias asesinan para conseguir poder entre facciones rivales, controlar el comercio ilegal y engrosar sus capitales; matan los maridos, que no sólo maltratan a sus esposas, sino que las asesinan hasta con saña; algunos matan por iniciarse en algún rito o pandilla; en las guerras que están activas se mata indiscriminadamente a hombres, mujeres y niños en limpiezas étnicas.
A todo esto hay que añadir las muertes espontáneas (no premeditadas) en un robo, una pelea o una violación. Y cada vez aumentan más los casos a medida que la gente se aleja del temor de Dios.
En Éxodo. 20:13 se emplea la palabra hebrea ratsach quesignifica matar, un término significativo por cuanto se refiere a matar seres humanos y nunca se utiliza para aludir a la muerte de un animal. Para la matanza de animales, ya sea para el sacrificio o para la comida, se usa el término shachat. Además, ratsach se utiliza casi siempre en el sentido de matar ilícitamente, salvo en Números. 35:27,30.
Por esta razón, algunas traducciones moderas han traducido Ex. 20:13 por “no asesinarás”, es decir, matar de forma premeditada e ilícita.
EL DEBATE SOBRE LA PENA DE MUERTE. En realidad, conocer el significado de este mandamiento no es ningún problema para nadie. Sin embargo, las implicaciones que tiene están en debate constantemente. Quizás la que produce mayor tensión es la muerte legal practicada por el Estado que no la ha abolido. Otras implicaciones son la eutanasia, el aborto, el suicidio, la defensa propia y la guerra. Cada aspecto necesitaría un tratamiento aparte. En cuanto a la pena capital hay dos posturas dentro del protestantismo.
Los defensores de la pena muerte. Entienden que es parte de la ley de Dios para el asesinato. Después del diluvio Dios la estableció como castigo en respuesta a los crímenes violentos (Gn. 9:6). Como el ser humano es tan valioso, derramar sangre humana debe pagarse con la muerte del homicida. Cuando llegamos a la ley moral, Dios subraya lo que era práctica habitual (Ex. 21:12, Lv. 24:17). Pero en el AT había otros casos castigados con la muerte: maltratar a los padres, secuestrar, la negligencia criminal, la hechicería, la idolatría, las ofensas sexuales, la blasfemia y la falsa profecía. ¿Debería aplicarse también la pena de muerte para estos casos?
Los defensores de la abolición de la pena de muerte. El abolicionismo se va imponiendo en occidente y los que sostienen lo contrario dicen que éstos siguen la corriente de este mundo y no lo que manda la Biblia. Pero a las objeciones de índole general, como por ejemplo, que no tiene ningún efecto disuasivo, cabe el error judicial y es irreversible, no se puede rehabilitar al criminal, siempre es más importante la reverencia por la vida, debemos añadir las objeciones bíblicas. Admitiendo la norma después del diluvio para enfatizar el valor de la vida, cuando llega la ley, el mandamiento es explícito: no matarás. La ley del talión era para frenar la venganza y no para instituir la pena de muerte en un tiempo en que la venganza era la norma en la sociedad.
Por otro lado, en la ética del reino proclamada por Jesús, el amor y la gracia suaviza la ley (Mt. 5:38-48). Es cierto que este texto sólo toca el asunto implícitamente y se refiere al súbdito del reino y no al Estado, pero el principio que destaca es importante. La actitud de Jesús frente a la mujer adúltera (Jn. 8:2-11) no condenándola a muerte e instándole a no pecar más es significativa. Personalmente creo que el asunto es muy complejo y necesita de mayor profundización de parte de todos para poder posicionarnos claramente, pero esperamos ofrecer una conclusión orientadora para que cada lector haga su propia elección.
¿POR QUÉ ESTÁ PROHIBIDO MATAR?
Porque ha sido creado a imagen de Dios. Matar a un ser humano es destruir algo único que Dios hizo a su semejanza de manera singular (Gn. 1:26-27). Es más, incluso maldecir a otras personas es malo (Stg. 3.9). La prohibición no es relativa a la conducta de la persona, sino al hecho significativo de la imagen de Dios en ella. Mientras es posible matar a un animal para el alimento o como ofrenda, entre las personas existe una igualdad fundamental que hace que no se deba disponer de su vida a su antojo, como hizo David con Urías
Porque el asesinato es un acto definitivo. Por tanto, el sexto mandamiento es una señal de alerta a tomar en serio la vida humana. El autor de la carta a los Hebreos declara solemnemente: “está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio “(He. 9:27). Por eso la Biblia condena el asesinato, porque después de la muerte no hay vuelta atrás.
Porque su alcance es mucho mayor. El asesinato siempre afecta a más personas que el muerto, Afecta a familias, instituciones y al Estado. Dios se pronuncia, incluso en la muerte involuntaria, de culpar del derramamiento de sangre “sobre su casa” (Dt. 22:8), porque por lo menos trae desgracia a la familia, pero también a la sociedad cuando el crimen es horrendo.
¿QUÉ TIPOS DE MUERTE ESTÁN INCLUIDOS EN EL MANDAMIENTO?
La muerte con premeditación (Éx. 21:12-14). En este caso, al infractor no se le permitía refugiarse en ningún sitio y debía ser entregado a la justicia.
La muerte por negligencia (Dt. 22:8). El pueblo de Israel tenía que vivir de tal manera que no se le pudiera imputar la muerte de una persona por descuido involuntario. Debemos ir con cuidado con la forma de comportarnos: el sacar a pasear un perro peligroso, vender productos que pueden causar la muerte o conducir un vehículo imprudentemente, son conductas negligentes con consecuencias irreversibles.
La muerte por causas inmorales. En este sentido tenemos que referirnos al aborto, la eutanasia y el suicidio. Hasta cierto punto serían discutibles, la defensa propia, la pena capital y la guerra.
Conclusión: El sexto mandamiento visto positivamente es una advertencia muy seria a tomar partido por la vida del prójimo, además de mostrarnos la gravedad de quebrantarlo de las diversas formas en que los seres humanos lo hacen. Sabemos que el que falla en un mandamiento es culpable de todos ellos (Stg. 2:10), incluido éste.
Este versículo es usado por muchos que se oponen a las guerras. Muchos jóvenes han hablado en cuanto a esto y dicen: “No se debe matar; por eso no debo ser soldado”. El mandamiento: No matarás, no fue dado a una nación; fue dado al individuo. Un hombre no debe matar a otro. Ningún hombre debe ir a un campo de batalla por su propia cuenta y matar por capricho. Nadie tiene el derecho de hacer eso. En cambio, si nuestro país nos manda ir, pues, entonces estamos comprometidos para ir. A una nación le es dada la autoridad para proteger la vida humana por medio de quitar vidas humanas. Ningún individuo debe hacerse justicia por sí mismo, pero sí está comprometido a hacer lo que su nación le pide hacer en defensa de su soberanía. Si su nación le ordena que mate, entonces, el individuo no es responsable del hecho de matar, sino la nación que le ha dado esa orden. Cuando una persona sirve a su país, está libre de culpa mientras cumpla su deber. Claro está que Dios conoce el corazón y el sabe si mató por obediencia o por placer. Personalmente trataría de evitarlo.
Personas que han asesinado por accidente o premeditadamente a otros testifican del dolor que marcó el resto de su vida, es terrible cargar la muerte de alguien. En nuestro medio, una muerte lleva a otra por la venganza. Testimonio del caso de Mocoral – Manabí….
Para el buen vivir debemos respetar la vida de los demás. No matar aun los sentimientos, e ideales de las personas. Defendamos la vida y el derecho de vivir de los demás. Amén.
El Lcdo. Jhonny H. Quinde Ávila es el actual pastor de la Primera Iglesia Bautista de la ciudad de Milagro – Guayas Ecuador. www.facebook.com/primera.bautistademilagro